Ella era de
la familia Turepan, no podía ligarse con otro hombre que no fuese de su etnia.
Él se enamoro la primera vez que la vio, pero pertenecía a otro pueblo y eso los separaba.
Ambos sabían que era un amor prohibido, pero aún así, decidieron enfrentar a los dioses y se escaparon hacia la serranía.
Cuando habían avanzado
Él se enamoro la primera vez que la vio, pero pertenecía a otro pueblo y eso los separaba.
Ambos sabían que era un amor prohibido, pero aún así, decidieron enfrentar a los dioses y se escaparon hacia la serranía.
Cuando habían avanzado
un largo
trecho fueron interceptados por el Gran Shaman y este los castigó
convirtiéndolos en piedra.
Así se formaron el abuelo y la abuela Kueka.
Ambas piezas vieron crecer generaciones de pemones y por eso ellos las consideraron sus abuelos.
Allí acudían para solicitar buenas cosechas, buena pesca y buena caza.
El lugar de su permanencia se transformó en sitio de oración para los ancianos y así se transmitió de generación en generación.
Hasta que la “Abuela Kueka”, en una desicion inconsulta del presidente Rafael Caldera le fue donada al escultor Wolfgang von Schwarzenfeld, para formar parte de las atracciones del “Global Stone Project” de Berlín.
La “Abuela Kueka”, de jaspe, semipreciosa, y con 30 toneladas de peso, estaba ubicada inicialmente junto al “Abuelo Kueka”, su pareja, en la localidad de Santa Cruz de Mapaurí, en el Parque Nacional Canaima, en el sureste de Venezuela.
Ahora el pueblo pemón atribuye el “desequilibro ambiental y espiritual” que padece su comunidad a la ausencia de la piedra de su territorio original en Venezuela y reclama a Alemania su devolución.
QUE VERGONZOSA DESICION DE UN PRESIDENTE VENEZOLANO
Así se formaron el abuelo y la abuela Kueka.
Ambas piezas vieron crecer generaciones de pemones y por eso ellos las consideraron sus abuelos.
Allí acudían para solicitar buenas cosechas, buena pesca y buena caza.
El lugar de su permanencia se transformó en sitio de oración para los ancianos y así se transmitió de generación en generación.
Hasta que la “Abuela Kueka”, en una desicion inconsulta del presidente Rafael Caldera le fue donada al escultor Wolfgang von Schwarzenfeld, para formar parte de las atracciones del “Global Stone Project” de Berlín.
La “Abuela Kueka”, de jaspe, semipreciosa, y con 30 toneladas de peso, estaba ubicada inicialmente junto al “Abuelo Kueka”, su pareja, en la localidad de Santa Cruz de Mapaurí, en el Parque Nacional Canaima, en el sureste de Venezuela.
Ahora el pueblo pemón atribuye el “desequilibro ambiental y espiritual” que padece su comunidad a la ausencia de la piedra de su territorio original en Venezuela y reclama a Alemania su devolución.
QUE VERGONZOSA DESICION DE UN PRESIDENTE VENEZOLANO
1 comentario:
Por que no hacen un trueque y cambian a la Kuka por el Comandante chavo del ocho? seguro que una piedra tiene mas cerebro para gobernar a Venezuela que ese loco.
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